“Nunca
nadie ha sido más feliz por perder una corona que ha lucido una
temporada pero que le ha pesado demasiado. Y digo destronada porque
durante este tiempo esa corona ha inutilizado mis mermadas
facultades, impidiéndome trabajar codo con codo con mis compañeros
y compañeras que lo están dando todo. La Biblioteca de Peñafiel,
un ejemplo de profesionalidad y de integración de la biblioteca en
la comunidad, dedica todos los días un abrazo a alguien, persona,
institución, proyecto, colectivos que en esta inesperada crisis
juegan papeles decisivos y resolutivos, pasivos y sufridores en
otros casos. Este gesto une más a estos magníficos profesionales
con sus vecinos que no han perdido el contacto con este centro de
encuentro y convivencia que es su biblioteca. Por todo esto, yo, vil
imitadora, quiero dedicar también desde mi confinamiento (palabreja
que se ha puesto de moda) un ABRAZO muy fuerte a todas las
compañeras y compañeros bibliotecarios de las Bibliotecas de
Castilla La Mancha por el esfuerzo que están realizando para seguir
activando sus bibliotecas, aprendiendo e ideando nuevos recursos con
los que seguir fidelizando lectores. En particular este abrazo va
dirigido a mi gente de la BPE de Albacete (lo siento, barro para
casa) porque ellos sí que hacen honor al dicho “la unión hace la
fuerza” y una vez más han demostrado que cuando los
acontecimientos se tuercen su capacidad de reacción se multiplica y
luchan y trabajan al unísono dejando en la cuneta todas las
diferencias. Va por ellos.”
Hace
poco, una compañera de trabajo nos dedicaba estas palabras, que titulaba "La bibliotecaria destronada". Qué
quieren que les diga, uno que estos días está muy sensible con
cualquier muestra de entereza, de profesionalidad, de sacrificio y de
tantos otros buenos valores que tanta gente está demostrando estos
días, se emociona
con gestos así. Esta compañera que ha tenido la
mala suerte de tener que bregar con el bicho, una vez que se deshizo
de él, nos dedicó estas palabras que tanto emocionan y se
agradecen. Sin duda, el reconocimiento tanto de compañeros como de
las personas hacia las que va dirigido nuestro trabajo, sea cual sea,
es otra pequeña alegría a la que aferrarse estos días. En este
caso, diría que es más una gran alegría. El trabajo, suena raro
decirlo, está siendo estas semanas una de las principales vías de
escape de mucha gente. Es cierto que las condiciones son en la
mayoría de los casos peores que cuando se realizaba el trabajo en
condiciones habituales. Hay que estar pendiente y pelear porque estas
sean las más seguras posibles. Basta escuchar los comentarios de
personal sanitario, que desde los primeros días se vieron
desbordados por la falta de material, de personal y de previsión.
Ellos han sido los primeros en demostrar una gran entereza y en
multiplicar su esfuerzo. Va para ellos nuestro agradecimiento todas
las tardes a las ocho. Aunque está claro que el agradecimiento no
deberá quedarse ahí una vez que todo esto haya acabado. Y que
también habrá que aplaudir y agradecer como se merecen a todas
aquellas personas que con su trabajo diario, su tenacidad y su
capacidad de resistencia están haciendo que estos días sean lo más
llevaderos posibles. Así que recuerda, tu agradecimiento siempre
reconforta y ayuda, del mismo modo que han reconfortado las palabras
de nuestra compañera. Agradece que no es poco.
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