PEQUEÑAS ALEGRÍAS, 6: LA BIBLIOTECARIA DESTRONADA

Nunca nadie ha sido más feliz por perder una corona que ha lucido una temporada pero que le ha pesado demasiado. Y digo destronada porque durante este tiempo esa corona ha inutilizado mis mermadas facultades, impidiéndome trabajar codo con codo con mis compañeros y compañeras que lo están dando todo. La Biblioteca de Peñafiel, un ejemplo de profesionalidad y de integración de la biblioteca en la comunidad, dedica todos los días un abrazo a alguien, persona, institución, proyecto, colectivos que en esta inesperada crisis juegan papeles decisivos y resolutivos, pasivos y sufridores en otros casos. Este gesto une más a estos magníficos profesionales con sus vecinos que no han perdido el contacto con este centro de encuentro y convivencia que es su biblioteca. Por todo esto, yo, vil imitadora, quiero dedicar también desde mi confinamiento (palabreja que se ha puesto de moda) un ABRAZO muy fuerte a todas las compañeras y compañeros bibliotecarios de las Bibliotecas de Castilla La Mancha por el esfuerzo que están realizando para seguir activando sus bibliotecas, aprendiendo e ideando nuevos recursos con los que seguir fidelizando lectores. En particular este abrazo va dirigido a mi gente de la BPE de Albacete (lo siento, barro para casa) porque ellos sí que hacen honor al dicho “la unión hace la fuerza” y una vez más han demostrado que cuando los acontecimientos se tuercen su capacidad de reacción se multiplica y luchan y trabajan al unísono dejando en la cuneta todas las diferencias. Va por ellos.”

Hace poco, una compañera de trabajo nos dedicaba estas palabras, que titulaba "La bibliotecaria destronada". Qué quieren que les diga, uno que estos días está muy sensible con cualquier muestra de entereza, de profesionalidad, de sacrificio y de tantos otros buenos valores que tanta gente está demostrando estos días, se emociona
con gestos así. Esta compañera que ha tenido la mala suerte de tener que bregar con el bicho, una vez que se deshizo de él, nos dedicó estas palabras que tanto emocionan y se agradecen. Sin duda, el reconocimiento tanto de compañeros como de las personas hacia las que va dirigido nuestro trabajo, sea cual sea, es otra pequeña alegría a la que aferrarse estos días. En este caso, diría que es más una gran alegría. El trabajo, suena raro decirlo, está siendo estas semanas una de las principales vías de escape de mucha gente. Es cierto que las condiciones son en la mayoría de los casos peores que cuando se realizaba el trabajo en condiciones habituales. Hay que estar pendiente y pelear porque estas sean las más seguras posibles. Basta escuchar los comentarios de personal sanitario, que desde los primeros días se vieron desbordados por la falta de material, de personal y de previsión. Ellos han sido los primeros en demostrar una gran entereza y en multiplicar su esfuerzo. Va para ellos nuestro agradecimiento todas las tardes a las ocho. Aunque está claro que el agradecimiento no deberá quedarse ahí una vez que todo esto haya acabado. Y que también habrá que aplaudir y agradecer como se merecen a todas aquellas personas que con su trabajo diario, su tenacidad y su capacidad de resistencia están haciendo que estos días sean lo más llevaderos posibles. Así que recuerda, tu agradecimiento siempre reconforta y ayuda, del mismo modo que han reconfortado las palabras de nuestra compañera. Agradece que no es poco.

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